Un inicio temprano en la rutina de cepillado y cuidado de los dientes es fundamental para prevenir problemas de mordida, caries o una mala colocación de las piezas dentales definitivas. Por este motivo es necesario como padres, enseñar a nuestros hijos la importancia de seguir unos correctos hábitos en la higiene bucodental para que puedan interiorizar desde una temprana edad la rutina a seguir.
1. Rutina de cepillado.
Al contrario de lo que muchos creen, los dientes de leche son tan importantes como la dentadura definitiva, por tanto debemos comenzar a cepillar los dientes de nuestros hijos al menos dos veces al día, tan pronto como les salgan las primeras piezas, siempre con un cepillo suave de tamaño infantil y en los primeros meses solo con agua. Esta simple acción puede prevenir las caries, ya que éstas pueden producirse desde la salida del primer diente debido a los azucares presentes en los preparados de leche. Una vez que los niños cumplan los tres años podemos introducir en el cepillado una pequeña cantidad de pasta de dientes fluorada siguiendo siempre las recomendaciones del pediatra y nuestro dentista.
2. Evitar el consumo excesivo de azúcar.
Los alimentos ricos en hidratos de carbono y azúcar como los caramelos, helados o alimentos refinados, además de estar directamente relacionados con la obesidad infantil pueden provocar la erosión del esmalte lo que a su vez aumenta el riesgo de que nuestros hijos sufran caries. Para prevenir estos problemas, recomendamos limitar el consumo de este tipo de alimentos a ocasiones especiales enseñar a nuestros hijos a cepillarse los dientes después de su consumo aunque éste se produzca entre horas.
3. Seguir una dieta sana y variada.
Tan importante como inculcar la rutina de cepillado en nuestros hijos, es proporcionarles una dieta rica en alimentos que fortalezcan las piezas dentales. Para ello es necesario aumentar la cantidad de alimentos ricos en calcio presente en verduras como las espinacas, los puerros o el kale, frutas como higos o frambuesas, sin olvidarnos de los productos lácteos como el queso o la leche.
4. Retirar el uso del chupete.
Para evitar la posible malformación del paladar o de la colocación de los dientes es muy importante retirar cuanto antes el chupete a nuestros hijos. Los expertos establecen el límite de su uso a los 12 primeros meses. A partir del año la comunidad pediátrica ha llegado a la conclusión de que es cuando pueden comenzar a producirse los problemas bucodentales relacionados con el uso del chupete.
5. Acudir dentista al menos una vez al año.
Finalmente, para ofrecer la mejor salud bucodental a nuestros hijos debemos llevarles al dentista desde el momento que les salgan los primeros dientes. Ya que es en estas primeras revisiones cuando los profesionales pueden advertir si existen problemas en la colocación de las piezas, controlar las posibles caries, etc. También es muy importante crear una visión positiva sobre la experiencia en la consulta, por este motivo nuestros los profesionales se asegurarán de tratar a los pequeños con el máximo cuidado posible, creando un ambiente alegre y sin dolor para que los más pequeños no se asusten con la idea de acudir al dentista.