En verano, es probable que, en ocasiones, hayas notado una extraña y no muy agradable sensación al ingerir alimentos demasiado fríos como helados, granizados o refrescos. Esta sensación se llama sensibilidad dental y se produce cuando los distintos estímulos externos afectan al nervio dental, generando pequeños dolores o molestias transitorias.
Por eso, hoy os traemos cuatro consejos para prevenir la sensibilidad dental:
Lleva una dieta equilibrada. Alimentos con alto contenido en azúcares influyen en la mayor predisposición a sufrir sensibilidad dental. Intenta consumirlos con moderación.
Mantente bien hidratado. Cuando la boca se deshidrata, segrega menos saliva y tiende a infectarse más.
Si rechinas tus dientes… visita al dentista. Esta acción desgasta poco a poco tu esmalte dental.
Cuida tu higiene bucodental. Cepíllate los dientes tres veces al día (especialmente después de las comidas). Además, utilizar enjuague bucal es una buena opción para complementar el cepillado.