Piensa un momento, ¿en cuántas acciones de tu día a día interviene tu boca? Muchas, verdad? Hablar, comer, sonreír… A pesar de su gran importancia en nuestra vida diaria, solemos prestarle menos atención de la que se merece. Rara vez, acudimos al dentista si no tenemos dolor, pero como con todos los aspectos de la salud “más vale prevenir que curar”. Por ello, es esencial realizar una revisión dental anual.
Una buena higiene bucal consiste en cepillar los dientes tras cada comida y hacerlo, al menos, una vez al día de forma profunda (uso de hilo dental y protección con colutorio bucal). A pesar de realizarla correctamente, es imposible eliminar toda la acumulación de placa y, si además le sumas malos hábitos como fumar o una alimentación incorrecta, estás exponiendo tu boca a posibles infecciones.
Así mismo hay otros factores que a simple vista no podemos apreciar pero que también afectan a nuestra salud dental como esel pH de la saliva y la relación con las caries e inflamación de las encías. El pH debe estar entre los rangos 7 y 7,4. Cuando disminuye este pH, pueden darse algunos problemas, por ello es muy importante que un profesional pueda darte las indicaciones adecuadas.
Por otro lado, los efectos a largo plazo de los depósitos de placa o sarro en los dientes pueden provocar gingivitis y finalmente derivar a una peridontitis o piorrea . La gingivitis es una enfermedad periodontal, que consiste en la inflamación de las encías, pudiendo provocar una infección crónica que destruye el hueso que soporta los dientes.
Cuando realizas la revisión anual en tu dentista, se procederá a hacer una higiene dental con ultrasonidos para eliminar el sarro acumulado y prevenir la placa bacteriana. Además, el posterior tratamiento con flúor ayudará a regular el pH salival y a remineralizar los tejidos duros de los dientes. Y lo más importante es que es un proceso totalmente indoloro , así que no pongas excusas para no acudir a la cita anual por miedo al dentista.
